Somos felices, pero no tenemos nada.
Esa pequeña diferencia que marca el abismo.
Nos sumergimos en un estado en donde ya nada importa.
De pronto estamos ahí, los dos mudos.
Nuestros movimientos dicen mas que las palabras.
Sembramos conciencias en cabezas fértiles.
Esperando por el fruto que renueve corazones.
Lagrimas agrias para momentos dulces.
Explotamos para formar nuestro cosmos.
Solo nosotros dos nos entendemos.
Solo nosotros dos nos soportamos.
No se si hemos sido creados para coincidir,
lo que si sé es que coincidimos sin esperarlo,
y esperamos sin creer encontrarnos de nuevo.