jueves, 18 de octubre de 2012

La despedida

Descansa, besos, chao
Y nada te importa, emprendes la huída
Descansa, besos, chao pues
No vuelvo a esforzarme en la despedida.


En el 303

Podemos encontrar el camino de regreso a casa en el trescientos tres
Escupiendo a tres pisos de altura
Envueltos en el humo que generan las ansias
Podemos ser libres en el trescientos tres
Brincar sobre las sombras, sin afán
Armar un campo de batalla entre las sábanas
Incendiarnos y extinguirnos en el trescientos tres


martes, 16 de octubre de 2012

Lágrimas de sangre

- ¿Por qué lloras?, ¿Que pasa?
- Te das cuenta...
- ¿De qué?
- Funcionamos dentro de un maldito sistema en el que trabajamos todo el día para poder "vivir" y el resto de el estamos como muertos.




Vestido de novia - Norge Espinosa

Con qué espejos
Con qué ojos 
va a mirarse este muchacho de manos azules.
Con qué sombrilla va a atreverse a cruzar el aguacero 
y la senda del barco hacia a luna
cómo va a poder
cómo va a poder así, vestido de novia
si vacío de senos está su corazón si no tiene las uñas pintadas 
si tiene solo un abanico de libélulas 
cómo va a poder abrir la puerta sin afectación 
para saludar a la amiga que le esperó bajo el almendro
sin saber que el almendro raptó a su amiga le dejo solo
Ay a dónde va a ir así este muchacho
que se sienta a llorar entre las niñas que se confunde 
a dónde podrá ir así tan rubio y tan pálido 
a contar lo pájaros a pedir citas en teléfonos descompuestos 
si tiene sólo la mitad de sí la otra mitad pertenece a la madre
de quién a quién ha robado ese gesto esa veleidad esos párpados amarillos 
esa voz que alguna vez fue de las sirenas quién le va a apagar la luz bajo la cama
y le pintará los senos con que sueña
quién le pintará las alas a este mal ángel hecho para las burlas 
si a sus alas las condenó el viendo y gimen
quién quién le va a desvestir sobre que hierba o pañuelo
para abofetearle el vientre para escupirle las piernas a este muchacho de cabello crecido
así vestido de novia

Con qué espejos
Con qué ojos 
va a retocarse las pupilas este muchacho que alguna vez quiso llamarse Alicia
que se justifica y hecha la culpa a las estrellas 
con qué estrellas con qué astros podrá mañana adornarse los muslos 
con qué alfileres se los va a sostener
con qué pluma va a escribir su confesión ay este muchacho
vestido de novia en la oscuridad es amargo y no quiere salir no se atreve
no sabe a cuál de sus musgos escapó la confianza
no sabe quién le acariciará desde algún otro parque
quién le va a dar un nombre 
con el que pueda venir y acallar a las palomas 
matarlas así que paguen sus insultos 
Con qué espejos con qué ojos
va a poder asustarse de sí mismo este muchacho
que no ha querido aprender ni un solo silbido para las estudiantes
las estudiantes que ríen el no puede matarlas
así vestido de novia amordazado por los grillos
siempre del otro lado del puente siempre del otro lado del aguacero
siempre en un teléfono equivocado 
no sabe el número tampoco él se sabe
está perdido en un encaje y no tiene tijeras
así vestido de novia como en un pacto hacia el amanecer.

Con qué espejos
Con qué ojos.

De "Las breves tribulaciones" 
Norge Espinoza


jueves, 11 de octubre de 2012

Rewind

Ahora los niños juegan a ser polvo  Las hormigas carcomen las lenguas  Las bocas quedan inservibles  Ahora solo podemos expresar sin palabras  Morder  Dormir siendo uno  Morir en pausas y en silencio 
No hay rewind my friend   
No hay rewind que aguante una cinta gastada  



Petit femme fatale

Ay de mi si te veo muchachita recostada sobre el pasto despreocupada
Empapada en mis deseos a los cuales pareces ceder
Quiero ser ladrón de tus piernas las mismas que desde hace años buscan resguardo bajo mi techo

Ay de mi si me miras tan constante sentada en mi regazo
Atenta a lo poco que pueden expresarte las palabras cuando es mi mente la que vuela  De cazador rápidamente paso a ser presa  Niña bonita con labios de mujer fatal   Podemos ser cómplices en el juego del cual nadie sospecharía jamás.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Peu importe



Vos paroles,
Vos paroles que empoisonner mon être
Et mon cœur,
Mon cœur qui refuse d'obéir

Peu importe ce qui s'est passé hier
Peu importe, si vous l'oubliez

J'ai rêvé,
Une dernière accolade et je me suis réveillé
Et mes yeux
Ils sont grandes mers de la tristesse



lunes, 1 de octubre de 2012

Luciole, historia de un caos (fragmento)


Te descubrí rondando en el patio de mi casa, vestías un pantalón color arena, y una camisa a cuadros verde oliva, eras alto y muy delgado. Te observé por la ventana unos minutos hasta que te percataste de que te miraba, me escondí porque no supe cómo reaccionar. Corrí hasta la cocina en donde escuché la charla de mis padres con los tuyos, vienes a terminar tus estudios y te quedarás en la casa un tiempo. Yo tenía 13 tu 19. Caminé lento hacia mi cuarto pensando, había algo en mi que no era normal, me sentía diferente, cuando te veía sentía que mi corazón latía tan rápido que presionaba mi pecho pensando que podría salirse. Soy una tonta, pensé, mientras me miraba al espejo, y cuando me di la vuelta estabas ahí, tan cerca, mirándome. Yo dije "Hola" con un vocecilla tímida, tu sonreíste y yo salí corriendo... entonces gritaste "espera" y saliste corriendo tras de mí, llegué a la cocina en donde mamá tenía lista la cena y me presentó con los invitados, me senté a comer, llegaste enseguida y tus papás te hicieron presentarte, yo estaba nerviosa, un ruido me impidió escuchar tu nombre, se me había caído un cubierto. Me agaché para buscar el cubierto, ver todo desde otra perspectiva es interesante, tenías unos zapatos cafés elegantes... subí lentamente mi mirada hasta quedar en tu entrepierna. Salí de debajo de la mesa, creo que estaba algo ruborizada, me miraste y sonreíste de nuevo, esta vez te devolví el gesto. Ese juego de miradas duró días, no se cuantos, perdí la cuenta.

El patio separaba nuestras habitaciones, aún así siempre encontraba la manera de mirarte y yo sabía que tú también lo hacías. Había un pequeño orificio en la puerta de madera de tu cuarto, un día pude ver tu torso desnudo antes de ponerte la camisa, otro día vi como anotabas cosas en un pequeño diario de pasta café, y otro como te afeitabas, me gustaba espiarte, lo admito y me gustaba ser espiada. Todas las noches dejaba entreabierta mi ventana para que pudieras verme dormir, sabía que lo hacías porque a veces no dormía, me tapaba con una sábana que me permitía ver un poco a través de ella y te veía ahí, con esa mirada nocturna y espesa posada sobre mi cuerpo, pendiente de cada movimiento, de cada roce, de cada desliz, me gustaba “hacerte sufrir” esperando ver más. Sabía que no era perfecta, pero te gustaba.

Yo estaba en la escuela en el turno matutino, y tú en el vespertino, es por eso que solo coincidíamos a la hora de la comida (y rara vez de la cena) y sabíamos comportarnos. No hablábamos mucho, es decir, un muchacho de 19 con una niña de 13 no era lo más correcto para nuestra época, sin embargo las miradas parecían decir más de lo que las palabras pudiesen expresar. Nuestra sensualidad radicaba en acciones comunes como los pequeños  puntapiés por debajo de la mesa, el contacto al pasar el salero, el mojarse los labios, el arreglarse el cabello, entre otros cuantos más.

Encontramos un espacio muerto para coincidir, mamá se iba a misa de 7 y tú te las ingeniabas para llegar más rápido a casa, en ese entonces tu papá te había regalado una cámara fotográfica, de esas de carrete, y no sabías muy bien cómo usarla, me propusiste ser tu modelo y acepté aunque no me gustaba sonreír porque pensaba que mis dientes eran algo chuecos.

“Eres perfecta, anda, sonríe” me dijiste y sonreí mientras tomaba mi cabello con ambas manos. “Eres perfecta”, dijiste de nuevo con un tono de voz más bajo, yo me acerqué a ti y te miré fijamente, me encantaban tus ojos café claros, tu cabello castaño claro, crecido y despreocupado… mi corazón iba a explotar, era ahora o nunca, era explotar o morir consumida por las ansias, por los limites creados por mi propia mente, yo 13, tu 19… entonces me acerqué aún más, decidida, nuestros labios se fundieron en un beso apasionado y desesperado, me tomaste por la cintura y casi con maestría desabotonaste mi blusa, yo lo hice lentamente con tu camisa, sabía que hacerlo lento y pausado desataría en ti ese deseo de tenerme con especial frenesí, bajé por tu torso a ritmo de vals mientras tu jugabas con mi cabello, probé por vez primera eso a lo que me haría adicta años después, me gustaba ver tu cara de excitación, cómo mordías tus labios seguido de un sonido ahogado y te retorcías conteniendo las ganas mientras yo seguía cada vez a mayor velocidad. Un ruido rompió con el momento. Las llaves de mamá quitando el candado de la puerta. Te levantaste rápido y corriste a tu habitación, yo, despeinada y de prisa, abotoné mi blusa y me metí bajo las sábanas de mi cama fingiendo estar dormida. No pasó mucho hasta que mamá me llamó a cenar. Corrí a la cocina pensando en encontrarte pero tú no estabas ahí, se me hizo extraño pero igual no le tomé mucha importancia. Después de cenar me preparé para dormir y al recostarme sobre mi cama vi tu silueta en la penumbra, como siempre, observando por mi ventana, vigilante, quizá esta vez logres ver más…

*Kary L.

26 - Octubre - 2007

Hola Kary! 


Aun sigo vivo entre los muertos en vida, la verdad es que ya no me he conectado como antes, tengo algunas razones, cuando te tope sabrás porque.

Responderé cada una de las preguntas:

¿Eh, donde estas?
- En el Sevicio, en la Arena Mty y por las mañanas en relevos videclubescos.

¿Por qué no te has conectado?
- Por falta de tiempo, llego en las noches, aveces me conecto esporadicamente pero no te he topado, y otra razón, sinceramente, pues no quiero causarte problemas con Damián , bueno ya ves que pasó..

¿Me tienes sin admisión?
- No podría, sabes que te quiero

¿Ya tienes novia o que?
- Nooo

¿Ya eres famoso y no pelas a lxs camaradas?
- Como cree usted tal cosa haha

¿Vainilla o chocolate?
- Chocolate por excelencia!!

¿iluminado u oscuro?
- No veo , ¿quien dijo eso? haha



besos, espero verte pronto!!!!!!


Atte. Lay



ERAMOS TAN JÓVENES...